J.H. Sifontes nació en una familia pobre de siete miembros y creció bajo la brutal represión de un país comunista. Desde tierna edad trabajo duro. J. H. estudio en las escuelas que mas bien eran como centros de adoctrinamiento. Aunque también tenía idea de las realidades fuera del sistema. J. H. Sifontes, desde edad temprana, se interesaba en ideas que eran prohibidas, ridiculizadas, o expuestas como totalmente sin sentido: tales como teología, misterios, religión, etc. Bien pronto aprendió por las malas que investigar o creer algo que estuviera fuera de la corriente del sistema era un paso equivocado. En lugar de predicar detrás de un púlpito en la iglesia, se encontró a si mismo detrás de las rejas como preso político. Con mucho amor por los libros y con mucho tiempo disponible, J. H. leyó todo lo que le venía a la mano; sin dejar de arduamente estudiar, hasta convertirse en profesor de secundaria. Varios años después, cuando salió de la prisión, trato de trabajar de profesor; solo para encontrar que alguien con antecedentes políticos en el sistema de educación comunista es una "persona non grata." Comenzó a trabajar en el único lugar donde fue aceptado: haciendo los trabajos más duros en una granja agrícola del estado. Por las noches, cuando no estaba tan cansado, el autor escribió su primera novela a la luz de una lámpara de kerosene. Un tiempo más tarde, llego a la libertad en los Estados Unidos como refugiado político y recomenzó a escribir.
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